El Ayuntamiento de la Llosa de Ranes ya es propietario del antiguo balneario ‘Els Banys’ del siglo XIX. Hoy miércoles, se ha formalizado ante notario el documento de compra de esta propiedad de importancia cultural, patrimonial y paisajística, además de tener un gran valor sentimental para el pueblo.
La compra de ‘Els Banys’ era una aspiración del ayuntamiento desde hace muchos años, pero no fue hasta marzo de 2023 cuando se pudo llegar a un acuerdo con los propietarios y el pleno aprobó una modificación de créditos para reservar una partida en el presupuesto para poder comprar el antiguo balneario. Los trámites del expediente han culminado hoy al formalizarse la compra, que se hace con recursos propios del ayuntamiento, sin recurrir a ningún préstamo.
La alcaldesa de la Llosa de Ranes, Salvi Pardo, mostró la satisfacción del ayuntamiento después de oficializarse la compra . Pardo indica que se trata “de un espacio referente de nuestra historia y muy estimado por los vecinos. El antiguo balneario de Santa Anna tiene un gran valor sentimental para nuestro pueblo, además la propiedad tiene una gran importancia cultural y patrimonial, puesto que el balneario fue fundado en 1869”.
La alcaldesa recuerda que el expediente de compra se inicia por parte de la anterior corporación municipal y que después de muchos trámites, “finamente hoy se ha podido cumplir una antigua aspiración del ayuntamiento”.
Balneario del siglo XIX con aguas curativas
El balneario de Santa Anna fue fundado en 1869 a los pies de la montaña de Santa Anna. Su propietaria y fundadora, Ana Micó, aprovechó las calidades terapéuticas del agua sulfurosa que allí brotaba, así como el magnífico entorno que ofrecía la sierra de Santa Anna para abrir el establecimiento. Desde mayo a octubre, los veraneantes llegaban a los Baños atraídos por las actividades recreativas y curativas que el balneario ofrecía.
Forasteros adinerados y familias burguesas de Xàtiva, València y Madrid visitaban a menudo el balneario de aguas termales. Las instalaciones del balneario se completaban con la fuente de aguas curativas. El agua de la fuente era embotellada y vendida a farmacias de la Ribera, València, e incluso de Madrid.
El balneario continuó en funcionamiento hasta muy entrado el siglo XX. La construcción de una piscina atrajo el turismo de los años cincuenta sesenta. Se construyó un nuevo “merendero”. Pero, finalmente, las instalaciones fueron cerradas. En 1998 fueron reabiertas, pero solo con servicio de albergue y restaurante y hace unos años, de nuevo, se cerraron.