El pleno aprueba una modificación del presupuesto para la adquisición del antiguo balneario.
El pleno del Ayuntamiento de la Llosa de Ranes aprobó ayer jueves una modificación del presupuesto para reservar una partida para la adquisición del antiguo balneario de Santa Anna. El ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con los propietarios y era necesaria esta modificación para formalizar la compra. El acuerdo plenario ha sido aprobado por mayoría absoluta con los votos a favor de los regidores del equipo de gobierno del PP y del PSPV-PSOE y la abstención de Compromís.
Una compra anhelada desde hace décadas por la importancia cultural, patrimonial y paisajística y se hará con recursos propios del ayuntamiento sin tener que recurrir a ningún préstamo. El paraje se encuentra cerca de la población, de camino a la ermita de Santa Anna. Desde siempre ha sido un lugar donde los vecinos de la Llosa de Ranes han ido para disfrutar de un entorno en plena naturaleza.
El alcalde de la Llosa de Ranes, Evarist Aznar, avanzó que “se ha llegado a un acuerdo con los propietarios y se ha pasado al pleno esta modificación del presupuesto para llevar a cabo la adquisición en las próximas semanas, cuando culmine el expediente de compra y ponemos fin así a años de negociaciones”. La compra es una aspiración del ayuntamiento “desde hace muchos años”, aunque “por diferentes circunstancias nunca se ha podido llevar adelante”. Actualmente, “se han dado las condiciones adecuadas para poder negociar la compra, puesto que el ayuntamiento puede hacer frente a la misma sin tener que recurrir a ningún préstamo”, indica el alcalde.
Balneario del siglo XIX con aguas curativas
El balneario de Santa Anna fue fundado en 1869 a los pies de la montaña de Santa Anna. Su propietaria y fundadora, Ana Micó, aprovechó las calidades terapéuticas del agua sulfurosa que allí brotaba, así como el magnífico entorno que ofrecía la sierra de Santa Anna para abrir el establecimiento. Desde mayo a octubre, los veraneantes llegaban atraídos por las actividades recreativas y curativas que el balneario ofrecía.
Forasteros adinerados y familias burguesas de Xàtiva, València y Madrid visitaban a menudo el balneario de aguas termales. Las instalaciones del balneario se completaban con la fuente de aguas curativas. EL agua de la fuente era embotellada y vendida a farmacias de la Ribera, València, e incluso de Madrid.
El balneario continuó en funcionamiento hasta muy entrado el siglo XX. La construcción de una piscina atrajo el turismo de los años cincuenta sesenta. Se construyó un nuevo “merendero”. Pero, finalmente, las instalaciones fueron cerradas. En 1998 fueron reabiertas, pero solo con servicio de albergue y restaurante y hace unos años, de nuevo, se cerraron.