Una larga primera votación del cónclave ha terminado sin la elección de un nuevo Papa
Todos los ojos del mundo miran este miércoles 7 de mayo a la Plaza del Vaticano y a la Capilla Sixtina, epicentro de un momento crucial para la Iglesia católica: el inicio del cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco. Tras su fallecimiento el pasado 21 de abril, los 133 cardenales electores menores de 80 años se reunirán a puerta cerrada para iniciar la deliberación más solemne del catolicismo: la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Esta mañana, los cardenales han celebrado la ‘Misa Pro Eligendo Pontifice’ para invocar al Espíritu Santo por la elección del Romano Pontífice.
Desde este mediodía, la Capilla Sixtina ha quedado totalmente aislada. El Vaticano ha apagado todas las redes de telefonía móvil y requisado los teléfonos de los cardenales, además de cortar cualquier vía de transmisión electrónica para garantizar el secreto absoluto del proceso.
Esta medida, como ha explicado el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, busca evitar filtraciones o injerencias externas durante el cónclave, una tradición que data de siglos y que se mantiene vigente en pleno siglo XXI.
En vísperas del cónclave, los cardenales católicos han emitido un contundente mensaje al mundo: un llamamiento urgente a un alto el fuego sin condiciones en los conflictos que azotan actualmente Ucrania, Oriente Medio y otras regiones. “Formulamos un sentido llamamiento a todas las partes implicadas para que se alcance cuanto antes un alto el fuego permanente”, han señalado los purpurados en un comunicado difundido este martes por la Santa Sede.
Este mensaje refleja la línea pastoral del difunto papa Francisco, quien hasta sus últimos días insistió en la necesidad de diálogo y reconciliación. Su última bendición Urbi et Orbi, en la Pascua de 2025, incluyó una súplica por “la martirizada Ucrania” y un grito de socorro por la situación humanitaria en Gaza.
El perfil de su sucesor será clave para definir la continuidad o el cambio respecto a esta postura. No se trata solo de una elección espiritual, sino también de una figura que ejercerá un papel político de influencia global.
Tras las deliberaciones del primer día de cónclave, con la primera votación de esta tarde, no se ha llegado a un consenso y se deberá continuar con el proceso mañana. La fumata negra ha llegado envuelta en una gran expectativa, provocada por un notable retraso. La decisión podría llegar en cuestión de horas o alargarse varios días, como ocurrió en algunos papados históricos. Tras esta primera votación, los cardenales han regresado a sus apartamentos en Casa Santa Marta,
El grupo más numeroso dentro del cónclave sigue siendo el de los cardenales italianos, aunque su peso ha disminuido frente al avance de cardenales de África, América Latina y Asia. Esta diversidad refleja la intención de “deseuropeizar” la Iglesia, un legado claro de Francisco.
El cónclave más numeroso y multicultural de la historia se enfrenta ahora a la responsabilidad de definir el rumbo de los próximos años para los más de mil millones de católicos en el mundo. Hasta que salga humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina y anuncie al nuevo papa.